Ahí donde mi límite deja caer su lagrima,
ahí donde mi inconformidad se revuelca en carbones ardientes,
donde mi última esperanza se deja vencer,
ahí.
Dóname un lugar a donde ir,
donde refugiarme,
no quiero desaparecer,
déjame vivir para ti.
No tengo mucho por qué,
padezco de muchos cuándos;
cuando tú estás ahí y
yo no puedo seguir.
Si ese algo,
sin un por qué.
Simple sobrevivir.
2:00 p. m. 24/04/2017
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