Estoy cansado de luchar.
Caer y volverse a levantar, acto heroico y a la vez esteril.
No, no quiero dejar de respirar, tampoco quiero dejar mi fé. Es solo que no quiero sentir; no quiero morir junto a cada una de mis grandes pasiones.
Deseo no sentir, si, eso es lo adecuado.
Quiero caminar con los ojos cerrados, sentir el aroma a arboles bañados, y al fin escuchar solo mis pasos. Cerrar los ojos y no saber si hay luna o sol. Respirar aroma de arboles y no pensar en espinas o flores. Escuchar mis pasos y no preocuparme por la tragedia del error o azar.
Vaya utopia.
Por atreverme a pensar asi... no merezco ni lo poco que tengo.
Bueno, si merezco algo, dormir cedado gracias a las grandes historias que en mi cabeza no me dejan avanzar. ¡Que desea el joven!?, si, exclamacion antes de la repentina interrogacion; quiero libros, peliculas, musica y una mujer para amar. Y entonces, adormitado al fin, colmado de satisfaccion carnal, entonces, al fin podre volar. Seguiré entonces el camino de mis ancestros: caras felices, domingos esperando el grandioso atardecer, nudos en la garganta de alegria, caminatas nocturnas junto a mis hipoteticos hijos, el cansancio al caer la noche entre semana.
No puedo esperar, sea lo que sea quiero un final, un punto y aparte, solo para mi. Al fin.
Guatemala, 28 de julio de 2015.
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