miércoles, 31 de agosto de 2016

La carta

"Junto a la fuente, en la que un día juré, que jamás correría a abrazarte,
te vi fría con la mirada clavada sobre mí.  Perdón.  ¡Perdón, pero no pude
dar un paso a favor tuyo!.  Tuve que huir, Dios quiera sepas entender."

Leída la última palabra, deslizando el dedo pulgar sobre la última letra;
ella soltó la carta que le pesaba como un año sin dormir.  Mirada perdida,
respiro ausente, hombros caídos, domingos y lunes unidos; ella no podía
reconocer aquel escritor, que un día sus brazos le rodearon, el mismo que 
un día escribió poemas sobre sus brazos erizados.
La atmósfera espesó sin detenerse, y una lagrima escapó de su voluntad antes fuerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias.